Muchas veces pensamos que no pasa nada por respirar el aire interior de nuestras casas, que puede estar contaminado y que no necesitamos contar con mecanismos de defensa contra ese aire.
Pero la verdad es que no podemos estar más equivocados. El aire interior de nuestras casas puede estar contaminado debido a múltiples factores, como puede ser el uso de productos de limpieza agresivos, insecticidas o a una mala ventilación y ser el causante de algunas dolencias, como enfermedades respiratorias crónicas y enfermedades de corazón.
A corto plazo, el aire interior contaminado nos puede causar:
- Dolores de cabeza.
- Fatiga.
- Mareos.
- Falta de concentración.
- Irritación en los ojos.
- Irritación en la nariz.
- Irritación en la garganta.
Estos efectos inmediatos a corto plazo pueden ser tratables, como es el caso de la mayoría de las personas alérgicas y asmáticas. En cualquier caso, eliminar la fuente de contaminación de ese aire interior es vital para aliviar los síntomas, ya que la mala calidad del aire interior aumenta la frecuencia de esos síntomas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha alertado de que la exposición al aire interior contaminado es responsable de 900000 de los 2 millones de casos de neumonía al año.
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